viernes, 27 de febrero de 2015

Prudenciar

OPINIÓN 
                                                                                                                                                                J E S ú S   R O J A S   R I V E R A 


Ya había escrito antes sobre la fa­llida estrategia de comunicación del Diputado Heriberto Galin­do Quiñones. Dije entonces algo que sigo sosteniendo, el aspirante a la gubernatura de Sinaloa está más preocupado por generarse condiciones en la cúpula de su partido, que en medir el impacto so­cial de los mensajes emiti­dos. El experimentado polí­tico apuesta a la designación presidencial, quiere ganar en la mesa algo que difícilmen­te conseguirá en las bases y las estructuras del priismo sinaloense.

Hace unos días el portal de noticias SDP presentó un videocomentario en donde el legislador priista opina y cri­tica sobre las declaraciones del Papa Francisco, el cineas­ta González Iñárritu y el ex Presidente Vicente Fox. En el video se queja de las declaraciones del líder religioso pidiendo la "no mexicaniza­ción" de Argentina en mate­ria de violencia, también se inconforma sobre lo dicho por el galardonado director respecto a que "en México no tenemos el gobierno que me­recemos" y sobre la opinión del ex Presidente cuando dijo que Peña Nieto "está en jaque y solo le falta el mate".

"El verbo más difícil de conjugar en la vida –no só­lo en la política-, es el verbo prudenciar" afirmó el legis­lador en un mensaje de poco menos de tres minutos de duración. Más allá de que, efectivamente, "prudenciar" no es un verbo aceptado por Real Academia de la Lengua Española y tampoco se tenga registro histórico en el Diccionario critico etimológico de la lengua castellana del fi­lólogo español Joan Corominas, el contenido y la calidad discursiva no están a la altura de un aspirante a la guber­natura de Sinaloa. Parecen más bien, las palabras de un vocero despistado, de un de­fensor de oficio desesperado por agradar al Presidente en un momento de franca crisis.

El legislador sabe que el Presidente necesita aliados, que la aceptación social del Jefe del Estado está por los suelos y que todas las estra­tegias por recuperar la "bue­na imagen" de la figura pre­sidencial han sido, cuando menos, inconsistentes. Para muestra la medición del Gru­po Reforma de finales del año pasado, donde la aprobación del Presidente cae a un 39 por ciento. En ese mismo estudio el 81 por ciento de los encuestados entregó calificaciones de "malas" y "muy malas" en el combate a la violencia, en el mismo sentido el 72 por ciento de los encuestados opinan "mal o muy mal" en cuanto a los esfuerzos por combatir la corrupción.

Este ejercicio discursivo del legislador nos muestra la lógica de sus razonamientos, en sintonía con la de muchos otros políticos de su corte y estilo que no terminan de entender que la mayoría de los mexicanos están evaluando mal y muy mal el ejercicio de gobierno de Enrique Peña Nieto. Heriberto Galindo se formó en la tradición de un PRI distinto, donde la figura presidencial era intocable e incuestionable, el llamado que hace en el video a "lavar la ropa sucia en casa" "a res­petar la figura presidencial" "a no denostar al gobierno de México" y "a no poner en duda el prestigio y el tino con el que gobierna el Pre­sidente" nos deja claro que el destinatario principal del mensaje es Peña Nieto y no la ciudadanía.

Para muestra están los más de 3 mil 180 comentarios negativos que tiene el video, poco a poco se vuelve viral, en tan solo 2 días tiene 144 mil 602 visualizaciones y ha sido compartido 1 mil 459 veces. No tengo duda que la multiplicación será exponen­cial y en unas cuantas sema­nas pasará el millón de visua­lizaciones, sin atreverme a dar cifra de los comentarios negativos que acumulará.

Pero a Heriberto Galin­do no solo le han dado duro en SDP noticias que tiene 2 millones 182 mil 506 sus­criptores, los usuarios de las redes sociales han castigado severamente las expresiones y contenidos publicitados por el legislador. Un mala elección en la segmentación de las pautas pagadas para la distribución del mensaje a través de la red social Face­book acumula una cantidad de críticas considerables a los contenidos publicados des­de la cuenta de la Fundación para Mover y Transformar Sinaloa, plataforma de pre­campaña del aspirante, por el mismo sentido el perfil de figura pública denominado Heriberto M. Galindo Qui­ñones que tiene apenas 5 mil 069 "me gusta" y la cuenta de twitter @HMGalindoQ con 2 mil 774 seguidores, números francamente bajos para la al­tura de la meta que persigue. Luego le seguimos... 

viernes, 20 de febrero de 2015

Narcocorridos: Il canto di malavita

OPINIÓN 
J E S ú S   R O J A S   R I V E R A 


Las democracias buscan garantizar libertades y de ninguna manera pueden ser administradoras de la censura. En este sentido todo aquello que limite la libertad de expresión es perfectamente debatible en la esfera de lo público. En palabras sencillas, no estoy de acuerdo en la censura al corrido mexicano, en ninguna de sus formas, bajo ninguna circunstancia.

El prohibicionismo es un elemento recurrente para los gobiernos rebasados por los problemas públicos, es una forma de mostrar el "desespero" gubernamental ante la falta de resultados en el diseño e implementación de las políticas públicas encaminadas a resolver un mal social.

La censura es el camino fácil, es un planteamiento laxo a problemas complejos y multifactoriales, me refiero en este caso a la prohibición del corrido, en particular de los llamados "narcocorridos" o "movimiento alterado", variable musical predominante en la cultura popular de algunas ciudades del norte de México.

No me detendré en analizar a fondo los comienzos históricos del corrido en México, algunos autores señalan su origen en los romances españoles de la segunda mitad del Siglo 17, tampoco quiero profundizar en los elementos que conforman esta particular "crónica popular". Desde sus orígenes el corrido ha relatado y musicalizado tragedias; asesinatos, enfrentamientos, batallas y acontecimientos que se describen en un género épico, lirico y narrativo, que algunos incluso lo han catalogado apológico.

El debate nos ocupa en la discusión sobre las facultades de la autoridad para censurarlo. En Chihuahua un grupo de regidores del ayuntamiento de la capital, aprobaron por unanimidad la propuesta del Alcalde Javier Garfio para elevar hasta 325 mil pesos la multa para quien o quienes "interpreten y/o reproduzcan contenidos musicales, videos, imágenes que hagan apología del delito en los espectáculos públicos, artísticos o de variedad", contemplando además el arresto por 36 horas a los infractores de la disposición.

En Sinaloa el Alcalde de la capital prohibió de manera parcial los corridos, en julio de 2014 canceló la participación del cantante Gerardo Ortiz, en contra sentido el Gobierno del Estado de Sinaloa contrató para los festejos de independencia a Los Tucanes de Tijuana, considerada una de las agrupaciones pioneras del narcocorrido contemporáneo en México que derivaría posteriormente en el "movimiento alterado", argumentando que Los Tucanes no cantarían corridos.

Esa pretensión absurda y obstinada para la prohibición de los corridos, me resulta difícil de comprender, toda vez que, a mi juicio, atiende los efectos del problema y no las causas. Es una solución chicharronera a un tema sumamente complejo. Las autoridades que afirman que la prohibición de los "narcocorridos" reduce la violencia, la criminalidad y el nivel de influencia del narcotráfico, mienten.

La música de la mafia, no es una expresión exclusiva de nuestro País. En Italia por ejemplo, existen las canciones de la mala vida, composiciones muy parecidas al narcocorrido mexicano que hacen un recuento lírico-narrativo de la delincuencia calabresa o siciliana, resaltan también las tantarellas napolitanas que son composiciones musicales festivas que hacen, en algunos casos, recuentos de los buenos tiempos para la delincuencia. Por falta de espacio no abordaré el tema del romance español donde se narran también hechos constitutivos de delito o apología del crimen.

Las expresiones artísticas sobre el narcotráfico no se limitan a la música, en Colombia, por ejemplo, el pintor Fernando Botero ha plasmado en su obra crudas imágenes de la violencia propia del narcotráfico, Damien Hirst un artista británico controversial también ha creado arte desde la narcocultura. En la literatura contemporánea muchos autores se han ganado un espacio entre los lectores escribiendo narconarrativas, de señalar las obras de Mario Puzo, Pérez Reverte, Fernando Vallejo, Don Winslow, y los mexicanos Élmer Mendoza, Aguilar Camín, Hilario Peña, Páez Varela, Juan Pablo Villalobos, Orfa Alarcón, Javier Valdez y Yuri Herrera por señalar algunos.

"Los espejos sirven para verse la cara, el arte para verse el alma" dijo el dramaturgo irlandés Bernard Shaw, en ese sentido las expresiones artísticas de los mencionados son el reflejo del alma común de una sociedad enferma que busca medios para expresar lo que le duele, lo que admira, lo que teme, lo que anhela. Por eso no estoy de acuerdo en la censura a ninguna forma de expresión, un mensaje de congruencia para la solución al problema sería; legislar sobre la amplia extinción de dominio de los bienes del narcotráfico, sobre el uso de recursos ilícitos en campañas políticas, campañas efectivas contra el consumo de drogas y leyes que combatan de fondo el lavado de dinero. Esas son acciones de congruencia gubernamental y no simples posturas hipócritas, luego le seguimos... 

viernes, 13 de febrero de 2015

Crístofer merece justica

O P I N I Ó N 
J E S ú S   R O J A S   R I V E R A 

No era la primera vez, Crístofer, un niño de 6 años alumno del pri­mer grado de la Escuela Pri­maria Gral. Lázaro Cárdenas del municipio de Escuinapa, sufría acoso escolar y vio­lencia por parte de algunos compañeros del salón. Co­mo sucede en las tragedias, la autoridad hizo caso omi­so, nadie atendió las quejas del niño y los señalamientos de la madre hasta que en di­ciembre de 2014 el daño fue irreversible, Crístofer perdió la vista de su ojo izquierdo a consecuencia de la agresión que sufrió dentro de su aula.

¿A quién le puede impor­tar, si es un asunto aislado y lejano? ¿Quién es Crístofer para un sistema educativo indolente, permisivo, desor­ganizado y corrupto? ¿Quién pude alzar la voz por la víc­tima, si los encargados de velar por su seguridad; pro­fesor, director y supervisor hicieron un pacto cómplice para evadir sus responsa­bilidades? ¿Cuántos casos más podemos esperar en un estado que no ha toma­do las medidas necesarias para erradicar la violencia escolar?

El caso de Crístofer en Escuinapa no debe ser vis­to como un "hecho aislado", en Sinaloa es preocupante el aumento en los casos de bullying, algunos incluso han terminado en homici­dio. El acoso y la violencia escolar es una realidad que no ha querido ver el Secre­tario de Educación, Fran­cisco Frías Castro. Más allá de los discursos, se siguen sumando víctimas, algunos expertos afirman que 4 de cada 10 alumnos en Sinaloa han sufrido de algún tipo de violencia en las escuelas.

En México existen 22 le­gislaciones estatales en ma­teria de violencia escolar, la más antigua se promulgó en Chihuahua en 2004, la llamaron Ley de Seguridad Escolar para el Estado de Chihuahua, de ahí pasaron cuatro años para que en Ta­maulipas se creara una legis­lación similar. Las legisla­ciones locales en materia se pueden clasificar en tres: A) Sobre seguridad escolar, B) Sobre acoso y violencia es­colar y C) Sobre convivencia libre de violencia.

En Sinaloa la violencia escolar no ha sido tema en la agenda legislativa, sobre el particular apenas se tiene una iniciativa presentada en la actual Legislatura por los integrantes del grupo parlamentario del Partido Sinaloense fechada el 16 de enero de 2014, la iniciativa que reposa gélida en la con­geladora legislativa se deno­mina Ley para la Prevención y Tratamiento de la Violen­cia Escolar.

También en 2014, en el Senado de la República se presentó una iniciativa para la creación de la Ley General para la Prevención y Atención de la Violencia Escolar, en ella se señalan responsabilidades del tipo penal para quienes por omisión o negligencia permitan la violencia escolar, del mismo modo sanciona con multas hasta por 5 mil salarios mínimos ($350,000 pesos) a padres de familia y autorida­des escolares que permitan o consientan casos como el sucedido en Escuinapa.

El tema que para nada es un asunto menor tiene im­plicaciones diversas, para la Dra. Úrsula Zurita Rivera, politóloga e investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, la legis­lación en materia de violencia escolar debe atender seis dimensiones básicas: La con­ceptual, la jurídica, la política, la organizacional, la escolar y la familiar. Sobre el mismo tema, la experta asegura se debe realizar una armoniza­ción legislativa que no sólo señale la prohibición de la violencia, sino también que genere instrumentos norma­tivos y sistémicos para la aten­ción inmediata del problema en sus múltiples aristas. No sólo es un tema de legislación también lo es de políticas pú­blicas, afirma la catedrática.

Las autoridades educati­vas, lejos de buscar excusas y pretextar sus faltas, deben poner atención inmediata en este problema. En el caso de Escuinapa alguien tiene que responsabilizarse, y si la éti­ca profesional de los impli­cados no da para ello, debe ser la fuerza de la autoridad la que de manera inmediata procure la reparación del daño y persiga los delitos cometidos contra el menor, además de las responsabi­lidades penales que tengan lugar. Como sociedad no po­demos permitir que nadie atente contra los derechos de nuestra infancia, en ese sentido, exigir justicia para Crístofer es una obligación para evitar que la inseguri­dad y la impunidad corrom­pa el espacio donde se edu­can nuestros hijos, negarles la justicia es sentenciarles el futuro. Luego le seguimos... 

viernes, 6 de febrero de 2015

¡Miénteme más!

O P I N I Ó N 
J E S ú S   R O J A S   R I V E R A 


Mentir es un arte, la construcción de una realidad alternativa, el dibujo de lo verosímil, el mensaje que enmascara la pertinaz presencia de lo cínico en la capacidad pa­ra convencer a la sociedad de lo que realmente no está ocurriendo, son los relatos de Jonathan Swift en su libro "El arte de la mentira política".

Política y mentira son elementos indisolubles, el político en el avance de su carrera va puliendo la ca­pacidad de mentir. Swift asegura que la política es la depositaria por excelencia de la mentira, es un espacio donde se exige faltar a la ver­dad. Tratar de encontrar el origen de la mentira en la po­lítica nos remonta, según el autor, a los tiempos griegos de Platón, "los regidores del Estado y no otros, recurrirán a la mentira frente a un ene­migo o frente a los propios ciudadanos, pero sólo en bien de la ciudad", afirmaría el pensador ateniense.

Todos mentimos y gus­tamos de las mentiras, pero existen niveles en la cons­trucción de las mismas. La tipología de la mentira pú­blica está en función de su intención y trascendencia, vivimos creyendo cosas que en realidad no sucedieron, el historiador Miguel de León-Portilla afirma que los mitos históricos son pilares en la construcción de la identidad nacional. La mentira ha for­mado y destruido naciones igual que ha pactado la paz y declarado la guerra.

Por eso el político se ins­truye en el arte de la falacia, porque para atender los asuntos de Estado es obliga­torio "saber mentir". Según el texto de Swift impreso por la editorial española Sequi­tur; debe el hombre público entender la diferencia entre la mentira de confusión, la mentira calumniosa, la men­tira por aumento, la mentira por translación entre otras.

A primera vista, parece que el autor invita al político a mentir de manera descara­da, a seguir la tradición de la mentira como ejercicio de gobierno. Pero adentran­do en la lectura se advierte que el pueblo que aprende a tomar mentiras como ver­dades, no se detendrá en utilizar las mentiras para derrocar a sus gobiernos, la mentira aparecerá como un subterfugio que los ciuda­danos utilizarán ocasional­mente para hacer frente a los abusos del poder.

México vive momentos difíciles, el Presidente de la República tiene una crisis de imagen como nunca en la historia moderna del País. Las últimas evaluaciones lo reprueban y su popularidad viene en franco declive. Los peores vicios del viejo PRI terminaron por salir a flote: corrupción e incapacidad para garantizar la seguri­dad de los ciudadanos son el talón de Aquiles del Poder Ejecutivo.

El gobierno no miente con la misma gracia y eficiencia de sus antecesores en los noventa, perdió el tino para hacer creer a los ciudadanos que las cosas marchan en un sentido distinto al fracaso. La práctica de la "eficiente" mentira política, ejecutada a la perfección en los tiempos de Carlos Salinas de Gortari, ha brillado por su ausencia. El gobierno de Peña Nieto ha mentido pero no han logrado convencer y eso es un punto central en la crisis de su gol­peada administración.

La última verosimilitud fallida del Presidente es el nombramiento de Virgilio Andrade como Secretario de la Función Pública. El Presidente encargó a un subordinado la gran tarea de encontrar si existe o no, "conflicto de interés" entre la compra de la casa de su esposa y las empresas con­tratadas por su gobierno. El anuncio no sorprendió a na­die, incluso el titular del Eje­cutivo admitió al concluir su discurso que "sabía que no le aplaudirían" y no tiene que sorprendernos porque todos conocemos por adelantado cuál será el resultado de las investigaciones: "No señor Presidente, no existen he­chos constitutivos de delito, no hay ilegalidad en el pro­cedimiento y no existe con­flicto de interés porque esos asuntos no están legislados en nuestro País".

Nos hemos vuelto más exigentes para aceptar las mentiras, nosotros que he­mos vivido en el engaño gubernamental, lo mínimo que pedimos, es que el men­tiroso tenga gracia y la farsa un poco de lógica. En ese sentido mucho extrañamos a Salinas, aquél que nos hi­zo creer que entrabamos al primer mundo justo antes de caer en una de las peores cri­sis económicas de las cuales nuestra Nación tenga memo­ria. Luego le seguimos...