viernes, 29 de abril de 2016

Sinaloa cambiará, no tengo duda

O P I N I Ó N
                                                                                                      Jesús Rojas Rivera

El pasado lunes se realizó el primer debate entre aspirantes a la Gubernatura, donde los candidatos tuvieron la oportunidad de exponer sus propuestas y plataformas para el ejercicio del Gobierno. Diversos columnistas y analistas coincidieron en lo mismo: las agendas de los candidatos están vacías, giran sobre temas de poca trascendencia. La visión de los candidatos sobre los múltiples problemas públicos de Sinaloa es reducida, salvo algunas breves menciones, los temas más importantes para el desarrollo de nuestro estado quedaron fuera de la discusión pública.

Participar en democracia es tomar parte activa, voluntaria y personal respecto a los problemas comunes, dice el politólogo italiano G. Sartori. Si permitimos que los políticos sean los únicos que se encarguen de la política, negaríamos la posibilidad de mejorar la calidad de nuestra democracia, porque esta no sólo es la elección de un candidato durante un proceso electoral.
Hanna Arendt advertía que la democracia se forma a la luz y ante los ojos de los ciudadanos, quienes deben participar también en la construcción de la agenda de Gobierno, y la mejor oportunidad que tiene la colectividad para incidir en la construcción de la agenda es, precisamente, durante las campañas electorales.

Eso lo entendió muy bien el movimiento social denominado “Ve por Sinaloa”, un esfuerzo coordinado por Grupo Editorial Noroeste, que convocó a ciudadanos y organizaciones civiles para discutir ampliamente la agenda pública de nuestra entidad. Cámaras empresariales, organizaciones ecologistas, consejos ciudadanos, escuelas, grupos de interés artístico, colegios de profesionistas, empresarios, académicos, pero sobretodo ciudadanos libres que atendieron la convocatoria hecha desde un medio de comunicación local para opinar y proponer qué esperan de Sinaloa y cómo plantean la solución de lo que consideran “problemas comunes”.

Además, en el marco de la discusión se incluyó la participación, a manera de conferencias, de voces expertas sobre temas fundamentales como la educación, la transparencia, energía y seguridad pública. ¿Qué surgió de todo ello? Una agenda, una agenda ciudadana sobre temas comunes que tuvieron oportunidad de escuchar en vivo dos de los ocho candidatos. El ejercicio es el primero en la historia de Sinaloa, contabilizó más de 300 ideas e iniciativas que formarán un documento que sin duda será muy provechoso para el futuro de nuestra entidad.

Quien sea el candidato o candidata que gane las próximas elecciones no lo hará con el apoyo de la mayoría de los ciudadanos en el padrón electoral, expertos coinciden que la participación en la próxima jornada electoral será de las más bajas en la historia. El próximo periodo de Gobierno será bajo el ejercicio de un gobernante débil, necesitará hacer consensos, una plataforma para ellos está en “Ve por Sinaloa”.

Las coincidencias de los participantes se pueden categorizar en: A) Seguridad y justicia, para la reducción del número de delitos de alto y bajo impacto, la independencia de los órganos de impartición de justicia y la mejora de los centros de readaptación; B) Combate a la pobreza, para la reducción de todos los indicadores de marginación, en particular la alimentaria; C) Educación, para salir de los últimos lugares nacionales en calidad educativa; D) Combate a la corrupción, para tener una ley de transparencia de avanzada e implementar la obligación de la ley 3 de 3 en Sinaloa; E) Finanzas públicas responsables, para evitar el endeudamiento y eficientar el gasto público; F) Gobierno abierto y participación ciudadana, para mejorar los mecanismos de participación social y que la comunidad se involucre activamente en las decisiones del Gobierno; G) Desarrollo económico, para seguir siendo un estado competitivo que atraiga mayor inversión y genere mejor calidad de vida.

“Ve por Sinaloa” marcará un antes y un después en la sociedad sinaloense, los resultados de estos esfuerzos se verán pronto, en el futuro al que decidimos conquistar. En donde habrá sin duda, mayor participación ciudadana, políticos más preparados y comprometidos, medios de comunicación libres, y tolerancia a las ideas diversas. La construcción del futuro deseable ha comenzado. Luego le seguimos...

viernes, 22 de abril de 2016

Mitofsky, De las Heras y Sáenz: el rol de las encuestas



Columna

                                                        Jesús Rojas Rivera

¿Influyen las encuestas en las preferencias de los electores? Es la pregunta más recurrente en cada proceso electoral. Las casas encuestadoras y las empresas que realizan estudios de opinión pública, cada año electoral van al banquillo de los acusados. 

Es sencillo, publicada una encuesta todos resultarán inconformes, menos el partido o candidato que se presente con las preferencias más altas. Los actores políticos suelen decir: “Nadie confía en las encuestas, todas las empresas las ‘cucharean’ menos la que me ponga arriba, la que me haga ver competitivo y se adecue a mi estrategia de campaña”. Las encuestas son, en resumen, un instrumento electoral al que se le puede creer o no, en la medida en la que refleje la idea o el ideal que tenemos sobre el proceso electoral en cuestión.

En mi opinión existen dos tipos de encuestas: las que se publican en medios masivos y las que se consumen en los “cuartos de guerra”; las primeras tienen un fin propagandístico y son parte de los elementos de la comunicación de la campaña, las segundas son instrumentos serios para la toma de decisiones. ¿Cuál es la encuesta que más sirve? Dependerá el fin que se busque con ella.

¿Son confiables las encuestas? Claro que lo son, los estudios demoscópicos son instrumentos metodológicos inscritos en los tratados de las Ciencias Sociales, prácticamente todas sus ramas son aceptadas como parte del método científico en el planteamiento de problemas y la profundización de la hipótesis. El problema no son las encuestas y sus metodologías, el problema son los resultados.

En la última reforma político-electoral las encuestas entraron en el debate legislativo y fueron parte de las nuevas disposiciones en la materia. El acuerdo del Consejo General del INE -INE/CG220/2014 establece los lineamientos y criterios generales del carácter científico que deben observar las personas físicas y morales que pretendan ordenar, realizar y/o publicar encuestas por muestreo, encuestas de salida y/o conteos rápidos que tengan como fin dar a conocer preferencias electorales así como preferencias sobre consultas populares.

La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales es clara, si la encuesta o sondeo se difunde por cualquier medio debe hacerse del conocimiento de la autoridad electoral, entregando copia del estudio de la información publicada a más tardar cinco días naturales posterior a la publicación. Del mismo modo deberá señalarse el nombre o la denominación social y logotipo de la empresa que patrocinó o pagó la encuesta, así como de aquella que realizó el estudio, además de la que ordenó su publicación. 

Las encuestas publicadas deben definirle a la población en general: A) Información detallada de la población sujeta a estudio, B) El fraseo exacto de la o las preguntas, C) La frecuencia de no respuesta y nivel de rechazo, D) El método de recolección de información, F) El nivel de confianza y margen de error. 

Hasta el jueves 21 de abril, Consulta Mitofsky de Roy Campos, Demotecnia de María de las Heras y el Gabinete de Comunicación Estratégica de Liébano Sáenz han publicado encuestas en medios masivos de comunicación sobre el proceso electoral sinaloense. Cada uno presenta resultados muy distintos. Campos, De las Heras y Sáenz presentan rostros muy distintos de las preferencias electorales de los ciudadanos en Sinaloa. Pareciera que la matemática y la estadística no se quieren poner de acuerdo en nuestro estado. Cada uno de ellos asegura tener un 95 por ciento de nivel de confianza. Pero ¿en cuál encuesta debemos de confiar si los resultados marcan escenarios diametralmente distintos?

No me atrevería amable lector a decantarme por una de ellas sin hacer antes un análisis serio y profundo de las metodologías, una evaluación escrupulosa de los cuestionarios, un seguimiento minucioso de los levantamientos y el procesamiento de la información. Para su servidor todas son tan válidas como cualquier dogma de fe. Crea usted en la que guste, o no crea en ninguna, que los estudios de opinión electoral en México son más un asunto de mística que de razón. Luego le seguimos...

viernes, 15 de abril de 2016

El PRI ni debate ni propone

O P I N I Ó N
                                                                                                                     Jesús Rojas Rivera

Según las últimas encuestas les están siguiendo los pasos, pisando los talones como dice la expresión popular, y el Partido Revolucionario Institucional sigue en la lógica arcaica de negarse al debate y cerrarse a exponer propuestas. Valoran desde sus casas de campaña que ir a espacios de la sociedad civil organizada para la exposición de las ideas es algo que no reditúa, los expone y los exhibe. Visto está, en una campaña electoral lo que menos quiere el candidato que se siente ganador es comprometerse.

El pasado miércoles en el Centro de Ciencias de la capital sinaloense se llevó a cabo un debate entre aspirantes a la Alcaldía de Culiacán, organizado por la asociación civil Parlamento Ciudadano. David Moreno, presidente del Parlamento, invitó a todos los candidatos para que pudieran expresar libremente sus propuestas para gobernar la capital. Siguiendo la estrategia de sus asesores, el candidato del PRI Jesús Valdés no asistió, le huyó al debate y despreció en ello un espacio muy interesante para la exposición y contraste de ideas.

En el Revolucionario Institucional no han entendido que los debates son parte de la democracia. Podría pensarse que es un tema de capacidades pero la historia nos recuerda que esa institución política ha sido escuela de grandes oradores, el problema es que el PRI contemporáneo no está formando cuadros para las nuevas exigencias de la competencia electoral. Siguen en una lógica retardataria que según ellos les es efectiva. Esa misma lógica siguió el ex candidato Ricardo Hernández el año pasado, no asistió a los debates y fue derrotado de manera contundente. El PRI no quiere ver algo evidente: el electorado cambió, cobró mayoría de edad y exige de los candidatos más propuesta, mayor preparación y menos propaganda.

Los que asistieron plantearon argumentos interesantes, lamentaron la ausencia del candidato del PRI pero centraron su discurso en hacer propuestas. Aurora Mercado del Partido Encuentro Social habló sobre equidad y pobreza, sobre un Culiacán más justo con menos pobres, se mostró como una mujer sencilla, líder de colonia que ha participado en organizaciones vecinales y juntas de padres de familia, con un lenguaje franco y diáfano hizo sus propuestas que rondaron temáticas sobre desarrollo social.

Imelda Castro fue firme y elocuente, centró su discurso en movilidad, seguridad y deuda pública, aseguró que tomará el cargo como la primera alcaldesa de Culiacán en una de las peores crisis financieras por las que pasa el municipio. Criticó que Culiacán es uno de los municipios más endeudados de México y que esa deuda no se refleja en la calidad de las obras que se tienen. Dijo también que el gran reto en el futuro de la capital será referente a la movilidad de sus habitantes. 

Martha Camacho del Partido del Trabajo habló sobre ecología y desarrollo sostenible, dijo que Culiacán tiene un futuro preocupante en materia de contaminación. Habló consistentemente sobre la pobreza y la marginación en la que viven miles de culiacanenses y dijo que el desarrollo se debería orientar también para los que menos tienen.

El candidato del PAN, Guillermo Prieto, habló sobre mecanismos más eficientes para la participación ciudadana. Dijo también que la transparencia es importante para el desarrollo, se comprometió a ser un gobernante transparente que hará público todo cheque pagado por el Ayuntamiento, en una lucha frontal contra la opacidad y la corrupción. 

Robespierre Lizárraga candidato del Partido Sinaloense, centró su exposición en la seguridad y la movilidad, dijo que es necesario que en Culiacán la gente viva con dignidad. Arnulfo Mendoza candidato de Morena dijo que uno de los principales problemas de toda administración pública es el derroche de los recursos públicos.

Además, el foro se nutrió con las preguntas de los asistentes que abarrotaron el lugar. Fue un sano ejercicio donde  fluyeron las ideas de los candidatos sobre los problemas públicos y algunas de sus posibles soluciones. Como dije, Jesús Valdés no fue, huyó al debate, como ha huido siempre en su carrera. La duda en torno al candidato tricolor es la misma de otras campañas: ¿qué es a lo que el candidato le teme? Luego le seguimos...

viernes, 8 de abril de 2016

Deslindes políticos, cuando el gobernante estorba

O P I N I Ó N
                                                                                                        Jesús Rojas Rivera

En las cuentas previas al arranque hechas por los equipos de campaña, el apoyo del Gobierno o el gobernante en turno es fundamental para conseguir los resultados electorales esperados. En esa arraigada y tramposa cultura de los desvíos de recurso público y la participación de funcionarios en las contiendas, la “tendencia” beneficia al candidato del partido en el poder. Pero, ¿qué pasa cuando los gobiernos no han dado resultados? ¿Qué pasa cuando la administración pública estorba más de lo que ayuda en las intenciones de un candidato?

Los procesos electorales son también procesos de calificación a los partidos políticos en el Gobierno, el politólogo italiano Giovanni Sartori habló sobre las democracias y los sistemas de partidos. La importancia de las elecciones periódicas tiene que ver con un proceso de evaluación del ciudadano sobre los gobiernos, esa evaluación obliga -en teoría- a los partidos políticos a postular candidatos que puedan tener ejercicios de gobiernos eficientes para mantener el poder político por la vía de las instituciones democráticas.

Recién arrancó el proceso electoral y ya comenzaron los “oportunos” deslindes de los candidatos con las administraciones encabezadas por sus compañeros de partido. En todo Sinaloa, los candidatos del PRI quieren “marcar distancia” ante lo desprestigiado de los alcaldes que concluyen su periodo de Gobierno. Intentan hacer creer que los vicios y errores de las administraciones salientes no jugarán un papel determinante en sus plataformas de Gobierno. ¿Tan mal calificados están los alcaldes?

En Culiacán, el candidato Jesús Valdés Palazuelos sabe que la calificación general de la administración pública de Sergio Torres es de 6.5 en una escala de 10. Está aprobado de panzazo, sabe que la autoridad municipal ha cometido abusos y que los culiacanenses no han visto las acciones del gobernante con buenos ojos. Inolvidables son las crisis en las que Sergio Torres se ha metido en estos años: el asalto al Ayuntamiento, la campaña millonaria de promoción fallida para su imagen al 100xCuliacán, el inservible “morrín”,  la polémica en la remodelación de la Avenida Álvaro Obregón, la falta de regulación en los espectaculares, la capital de los baches, el gasto millonario en gasolinas, pero sobre todo el tema de la inseguridad que regresó a la capital sinaloense y de nuevo la coloca como una de las ciudades más violentas del mundo.

En Ahome las cosas no pintan diferente, la calificación del munícipe Arturo Duarte es un poco mayor a la de su par en Culiacán, los ahomenses lo califican con 7 en escala de 10. El problema es que el 46 por ciento de los gobernados se dicen poco satisfechos con la administración municipal. Esto obliga al candidato Álvaro Ruelas a tomar distancia, aunque es más difícil por la historia que le acompaña. En ese espacio de coyuntura los candidatos de Nueva Alianza y Acción Nacional lo toman como parte de su estrategia. Las cosas no están siendo fáciles para el candidato tricolor, quien por cierto ya ha recibido críticas por el uso de vehículos oficiales para fines electorales.

En Guasave es imposible deslindar al candidato del PAN con la figura del Alcalde, a ellos los unen lazos que van más allá de los nombramientos. El sobrino de Armando “Kory” Leyson es el candidato que deberá cargar con los aciertos y errores de su tío. Pero el “Kory” a pesar de los pesares, mantiene una calificación aprobatoria de 7.5, de los más altos en varios municipios de Sinaloa. El tema del nepotismo que tanto ha ocupado espacios en columnas y planas locales es un asunto que no termina por afectar las intenciones del elector en Guasave. Veremos cómo actúa la oposición. 

Escuinapa es el ejemplo más claro del daño que causa el descontento social a un candidato. Los datos son contundentes, Bonifacio Bustamante es el Alcalde peor evaluado de Sinaloa con una calificación de 3.5 sobre 10, el 86 por ciento de los escuinapenses se dicen poco o nada satisfechos con el Gobierno municipal actual. El 92 por ciento de los ciudadanos del municipio saben que el PRI es el partido político del que emanó el munícipe y el 72 por ciento vincula la calidad del Gobierno con la decisión de su voto. Hugo Enrique Guzmán, candidato del PRI, navega contra corriente en uno de los municipios con mayores alternancias en la elección de sus gobiernos. Si algo sabe el elector escuinapense, es castigar con el voto las acciones del mal gobernante. Luego le seguimos...

viernes, 1 de abril de 2016

Paridad de género y nepotismo

OPINIÓN
                                                                                                      Jesús Rojas Rivera


La lucha de las mujeres para el acceso a los cargos públicos ha rendido frutos, poco a poco la participación política de la mujer rompió con limitaciones y condicionantes que años atrás las mantenían al margen de los asuntos públicos. De ninguna manera estas palabras se deben leer en tono triunfalista, la lucha que comenzara en 1952 apenas deja ver sus primeros frutos en México, aunque en lugares como Sinaloa, las acciones de la clase política parecieran venir en sentido contrario.
En 1952, México firmó el primer Tratado sobre los Derechos Políticos de la Mujer, en donde se incluyeron dos aspectos que cambiarían el curso de la historia respecto a la participación política de las mujeres. “Las mujeres serán elegibles para todos los organismos públicos electivos establecidos por la legislación nacional, en condiciones de igualdad con los hombres”, rezaba el segundo postulado de la afirmación de derechos, además incluía que “Las mujeres tendrán derecho a ocupar cargos públicos y a ejercer todas las funciones públicas establecidas por la legislación nacional, en igualdad de condiciones con los hombres, sin discriminación alguna”.
Para que tenga usted una idea, de los años cincuenta cuando se firmó el tratado a los años setenta, la representación política de la mujer era apenas del 5 por ciento en la Cámara de Diputados. Según el informe “Mujeres participación política en México” publicado por la Organización de las Naciones Unidas, de 1952 a 2011, ha habido 921 diputadas federales propietarias, esto representa el 13.3 por ciento de un total de 6 mil 947 curules. El incremento más alto en la presencia de mujeres se dio en las elecciones de 1994 y 2003 -justo posterior a las reformas de 1993 y 2002-, cuando el porcentaje de legisladoras aumentó 8 y 7 puntos porcentuales respectivamente, respecto de la legislatura anterior. En las elecciones federales 2009, 140 mujeres ganaron un escaño, en las elecciones de 2012 llegaron 186, en la actual legislatura se integran 212 diputadas de un total de 500 legisladores.
En México mientras se da un paso adelante en la participación de la mujer, la clase política busca como dar un paso atrás. Seguramente usted recuerda episodios lamentables como el de las “juanitas” en 2009; mujeres que llegaron al cargo de elección popular por la obligación legal que tenían los partidos de postular candidatas, pero en la flexibilidad de la ley, las legisladoras llevaban como suplente a un hombre -generalmente con relación de parentesco-, y en cuanto tomaban posesión del cargo eran obligadas a renunciar para que el suplente de sexo masculino quedara en el cargo en cuestión. 
Esas prácticas no han cambiado del todo, la clase política sigue jugando a romper la esencia de las leyes. La nueva modalidad ante las recientes reformas electorales, son las prácticas del nepotismo, un antivalor que atenta contra la cultura democrática. Nepotismo según la Real Academia de la Lengua proviene del latín “nepos” que significa sobrino o descendiente, y hace referencia a los cargos públicos que se heredan o pasan a familiares, sin mayor mérito que el de parentesco. 
En Sinaloa saltan a la luz tres casos en la integración de las diputaciones plurinominales, otras más en la integración de las planillas para las alcaldías. Mario Ímaz, dirigente de Movimiento Ciudadano colocó a su esposa en una posición privilegiada para acceder a la cámara local por la vía plurinominal, lo mismo hizo Héctor Melesio Cuén, dirigente del Partido Sinaloense. Silvia Treviño de Felton, esposa del Alcalde de Mazatlán llegará a la Cámara por la vía plurinominal. En Badiraguato, la esposa del Alcalde compite por la Alcaldía que dejará su cónyuge, lo mismo ha sucedido en Mocorito y San Ignacio en años anteriores. Prácticamente en todos los municipios, los dirigentes de casi todos los partidos mantuvieron acuerdos para incorporar a esposas, hijas, sobrinas y nietas en espacios de representación destinado a mujeres. 
Estas prácticas si bien no tienen impedimento jurídico alguno, no abonan en la mejora de la democracia. Por el contrario, limitan la participación y se prestan a corrupción, el nepotismo es uno de los antivalores más arraigados en la cultura política mexicana que tiene una expresión con rostros comunes en Sinaloa. Valdría la pena recordar que las “juanitas” fueron legales hasta que la ciudadanía dijo: ¡basta! Luego le seguimos...