viernes, 4 de noviembre de 2016

De pobreza social y mezquindad gubernamental

O P I N I Ó N

                                                                                                          Jesús Rojas Rivera


La pobreza no se ha erradicado en Sinaloa, por el contrario, crece. Según el Coneval 4 de cada 10 sinaloenses la padecen, los gobiernos federales y estatales invierten millones de pesos en acciones para abatirla, pero el comportamiento de la pobreza lejos de ceder aumenta. Así lo demuestran las cifras oficiales, en Sinaloa 1 millón 011 mil ciudadanos están clasificados en los dolorosos números de la pobreza o la marginación.

Pero el fenómeno no ataca parejo, se ensaña con algunos municipios más que con otros. Mientras algunas municipalidades avanzan en contados rubros, en otros su población aumenta en carestías, en rezagos, y con las evidentes repercusiones en la calidad de vida, la pobreza en Sinaloa ya ha matado de hambre. En nuestro estado hay carencias, pero en Badiraguato, Cosalá, Choix y Escuinapa están los más pobres de los pobres.
De las mil formas de evaluar la pobreza, los expertos marcan una variable importante, tiene que ver con el ingreso de las familias, para ello desarrollaron un índice denominado “de la tendencia laboral de la pobreza”, que mide principalmente el número de familias cuyo ingreso laboral sea menor al de la canasta básica, se le llama ITLP y se encuentra dentro de las evaluaciones generales de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.

En la última medición publicada del primer trimestre de 2015 al primer trimestre del 2016 hubo un aumento de 13.9 por ciento en este sector, es decir, donde los ingresos laborales de las personas son menores al valor de la canasta alimentaria. Por eso es que el Gobierno federal a través de la Sedesol implementa programas para elevar el ingreso de las familias empleando temporalmente a alguno de sus miembros en actividades de beneficio comunitario. Este programa se aplica en zonas de alta y muy alta marginación, paga hasta 3 mil pesos por mes y puede prolongarse en un periodo de dos meses.

Otras veces he dicho ya que Escuinapa es uno de los municipios más golpeados por la pobreza, que su índice de desarrollo humano es bajísimo y que los servicios públicos son deficientes y excluyentes. En buena medida las políticas para combatir la pobreza no han funcionado porque las autoridades municipales de manera abusiva han entregado los recursos destinados a la atención de los más necesitados a grupos de afinidad política del Alcalde, quienes necesitándolo o no, acceden a programas como este de empleo temporal.

Estos actos de mezquindad y abuso quedaron constatados esta semana al descubrirse que en las listas del Programa de Empleo Temporal aparecieron muchos ciudadanos que evidentemente no carecen de empleo y no forman parte de la población vulnerable del municipio. De tal cinismo que el hijo de un regidor integrante del Cabildo en funciones aparecía en las listas de beneficiarios, los medios de comunicación constataron los hechos y le cuestionaron al Alcalde Bonifacio Bustamante, quien dijo que “el hecho de ser hijo de un regidor, no te quita derechos”. De ese tamaño el cinismo del gobernante, quien también se ha visto señalado en escándalos por la entrega de recursos federales a fondos perdidos al asignar proyectos productivos a la familia de otra regidora del partido que lo postuló.

Tuve la oportunidad de recibir amable contestación del Delegado Federal de Sedesol, Regino López Acosta, en una llamada platicamos sobre el tema. Me explicó detalles del programa, me dijo que el acto no incurre en ninguna ilegalidad, que ciertamente el hijo de funcionario puede recibir el apoyo, sin saber si lo necesita o no, pero coincidimos en que el asunto va más allá de lo legal, que es un tema ético, de la formación de los funcionarios en el servicio público. Compartí con él la preocupación de que en uno de los municipios más pobres de Sinaloa, la clase política muestre su rostro más inhumano.

Queda constancia de que Bonifacio Bustamante protege a una camarilla de abusivos, míseros y sórdidos, que son al mismo tiempo cómplices de sus actos. Que no le interesa en lo más mínimo el desarrollo del municipio que gobierna y que en sus actos desprecia a los más pobres al repartir, de manera injusta y faltando a toda ética, los recursos que son para atender a los necesitados. Mezquindad es la palabra que refiere a los actos ruines, a los hombres de poca nobleza. Mezquindad es la palabra propia para aquellos que le roban al pobre la posibilidad de un futuro mejor. Como solía decir la ex legisladora Yudit del Rincón: “El que roba comete un delito, pero robarle a un pobre, esas ya son chingaderas”. Luego le seguimos...

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