viernes, 21 de noviembre de 2014

Feminicidios indignantes

O P I N I Ó N 
J E S ú S   R O J A S   R I V E R A 

Cuando una sociedad le pierde el respeto a sus mujeres y al preciado valor de la vida humana, es señal in­equívoca que caminamos en contrasentido de la evolución. Los feminicidios son crímenes indignantes por los cuales to­dos debemos protestar, son la expresión de la violencia más radical contra las mujeres, a decir de la investigadora Ju­lia Monárrez; son el resultado de una relación inequitativa de los géneros en la sociedad donde se presentan.

Preocupantes son las ci­fras de los feminicidios en nuestro País, según la Or­ganización de las Naciones Unidas (ONU), las expresio­nes de violencia contra las mujeres en México están por encima de la prevalencia ge­neral a nivel mundial. Todos los días se cometen entre 6 y 7 asesinatos contra mujeres en nuestra Nación. Las alertas de violencia de género se en­cuentra encendidas en el Es­tado de México, Chihuahua, Guerrero, Jalisco y Distrito Federal, pero los números en Sinaloa apuntan para que la entidad sea considerada con altos indicies de violencia contra la mujer.

Según el Ismujeres, Sina­loa suma en 2014, 20 asesi­natos de mujeres tipificados con este agravante del delito de homicidio, el total de mu­jeres asesinadas en Sinaloa es de 74. Las características de un feminicidio se señalan en el Código Penal para el estado de Sinaloa: "1. Quien por razones de género pri­ve de la vida a una mujer, 2. Cuando la víctima presente signos de violencia sexual, 3.- Cuando se haya realizado por violencia familiar, 4. Cuando a la víctima se le hayan in­fringido lesiones infames, degradantes o mutilaciones previas o posteriores a la pri­vación de la vida, 5. Cuando existan datos o pruebas de amenazas, acoso o violencia previas, 6. Si el cuerpo de la víctima sea encontrado, expuesto, arrojado o depo­sitado en lugar público, 7. Cuando la víctima se haya encontrado en un estado de indefensión y 8. Si la víctima fue incomunicada en cual­quiera que sea el tiempo pre­vio a su fallecimiento".

Según las primeras ver­siones, el móvil del asesinato de la licenciada María Luisa Zambada Gallardo, su hija y dos menores más fue el robo y problemas familiares. De confirmarse la versión, Zam­bada Gallardo y las otras víc­timas también mujeres, fue­ron privadas de su libertad, incomunicadas previamente a su ejecución y se encontra­ban en evidente estado de in­defensión, lo que convertiría a este crimen en un feminicidio múltiple, único en la historia de Sinaloa.

La licenciada María Luisa defendió en varias ocasiones los derechos de la mujer y la infancia, "lo más grave es la desatención que tienen las autoridades encargadas de dar seguimiento a las vícti­mas" afirmó en mayo de 2007 cuando se desempeñaba co­mo Procuradora de la Defensa del Menor.

Desafortunadamente, ahora ella es la víctima, y to­do parece indicar que la queja que expuso en 2007 prevale­cerá. Según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pú­blica, la impunidad en los ho­micidios en México está por arriba del 98 por ciento, en Sinaloa durante el año 2012, el 99.2 por ciento de los delitos de homicidio no presentaron detenido. De ese tamaño de­be ser nuestro dolor al saber que el ejercicio de la acción penal contra los asesinos pro­bablemente no llegará, de ese tamaño debe ser el coraje y la indignación por saber que las estadísticas están del lado del infractor y no de la víctima. Espero equivocarme.

La violencia contra las mu­jeres en Sinaloa y su rostro más perverso; los feminici­dios, son una realidad que nos debe lastimar como sociedad y nos debe preocupar como padres. Más allá de las polí­ticas públicas que se imple­menten para erradicar la vio­lencia de género, está lo que le inculcamos a nuestros hijos en la casa, en la escuela y la calle. Educando e inculcando el respeto por las mujeres no por considerarlas indefensas o el "sexo débil", sino porque somos iguales en derechos y capacidades, damos un gran paso.

Debemos cambiar el lenguaje, pero sobre todo nuestros comportamientos ante el género femenino. No discrimino, no violento, no ofendo, no menosprecio, no comparo. Así es como acaba­remos con los feminicidios en Sinaloa, en la consecuen­cia responsable de nuestros actos, en el elemental respe­to que todos debemos tener por nuestro prójimo. Luego le seguimos...

jesusrojasriver@gmail.com

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