viernes, 11 de marzo de 2016

La corrupción mata

O P I N I Ó N

                                                    Jesús Rojas Rivera

Cuando vi caer la estructura no daba crédito, el estruendo fue ensordecedor, la imagen impresionante. Frente a nosotros, una ventisca había tumbado un anuncio espectacular del casino Royal Yak que opera en una plaza comercial de la ciudad de Culiacán. Lo que pensé como posibilidad al ver caer la estructura ocurrió por infortunio: un hombre yacía en el piso, se desangraba ante la mirada atónita de sus compañeros de trabajo y personas que pasaban por el lugar. De inmediato un policía estatal y una enfermera trataron de brindarle los primeros auxilios, llamamos a la Cruz Roja pero cuando arribaron ya nada se pudo hacer. Don Luis había muerto por el golpe contundente de un espectacular, que horas después confirmamos, lo que teníamos por supuesto: el casino no contaba con los permisos necesarios para un elemento publicitario así.

El accidente cobró la vida de un profesor, pero bajo esas circunstancias cualquiera pudo haber sido la víctima. En Culiacán son miles los letreros y espectaculares que no cumplen con las especificaciones de la reglamentación municipal, también se han colocado antenas contraviniendo lo establecido en el reglamento de construcción. La capital sinaloense es un desorden en cuanto a la operación de este tipo de mamotretos y afiches. El Alcalde Sergio Torres le ha sacado la vuelta, ha estado ocupado en campañas publicitarias que, de manera paradójica, han sido expuestas en esos mismos espectaculares que debe regular.

¿Por qué no se regulan? ¿Por qué se permiten estructuras peligrosas? ¿Por qué no se toman las cosas en serio, siendo como lo vimos, un asunto de vida o muerte? Porque hay millones en juego, porque la permisividad ante un asunto de múltiples aristas legaloides permite a funcionarios públicos márgenes de maniobra considerable en “mordidas” y “trinquetes”. Porque el Alcalde de nuestra capital, en lugar de comprometer al mejor perfil en un puesto clave de la administración pública municipal, decidió pagar un favor político al nombrar como titular de la Dirección de Inspección y Vigilancia a su homónimo Sergio Torres Medina.

Sergio Torres Félix siempre ha gustado de adelantarse en las campañas electorales, es un político hábil para encontrar la trampa y el truco, siendo Diputado federal buscó afanosamente la alcaldía de Culiacán, confrontándose entonces con diversos grupos políticos al interior del PRI. A sus asesores se les ocurrió una “brillante” pero tramposa estrategia: utilizar el nombre de un homónimo para posicionar al verdadero Sergio Torres. Es ahí donde nace en la vida pública Sergio Torres Medina, en ese momento locutor radiofónico. 

Sergio Torres Medina se prestó al juego y cobró las regalías, su tocayo le pagó con una dirección municipal, la de Inspección y Vigilancia. Por dicho de los que saben, una de las direcciones más peleadas por los turbios emolumentos que genera. Una dirección que revisa con lupa la operación de los establecimientos de giros nobles como papelerías, cremerías y puestos de confites, pero es omisa y permisiva en los denominados giros negros, justo como el casino que operaba con un espectacular ilegal que cobró la vida de un ciudadano el pasado lunes. ¿Qué sabía el locutor de administración gubernamental, reglamentación municipal y derecho administrativo? Júzguelo usted mismo amable lector.

Vergonzante, no se puede calificar de otra manera cuando los encargados de hacer cumplir la ley y sus reglamentos se excusan en palabrerías que resultan hasta ofensivas. Cuando la autoridad actúa después de una tragedia, no hace sino demostrar el tamaño de su ineficiencia, su grado de irresponsabilidad, pero sobre todo, el nivel de cinismo gubernamental que pretende calmar las críticas sociales diciendo “ahora sí: verificaremos a fondo que no se tengan espectaculares prohibidos”.

El día del accidente hice desde mis redes sociales un llamado a la autoridad municipal, por el tono de mi crítica y lo impactante de las imágenes el mensaje se viralizó. Ante las inconsistencias del Gobierno, no queda más que la participación ciudadana, en problemas complejos exijamos soluciones de fondo, para que nunca más nadie tenga que morir -como lo expresó mi amigo Avecé- por culpa de los vientos de la corrupción. Luego le seguimos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario