viernes, 28 de julio de 2017

El PRI a favor: ¿Con qué argumentos?


O P I N I Ó N

                                                                                                                                 Jesús Rojas Rivera

Por varios años he participado en un proyecto de la Asociación Civil “Nada Nos Detiene” denominado “Incubadora de legisladores”. He tenido la oportunidad de exponer ante varias generaciones de jóvenes un tema que me gusta mucho, al cual he denominado “Funciones legislativas”. 

Las funciones legislativas no son otra cosa que las tareas del Poder Legislativo, en el sistema político mexicano estas son múltiples y diversas. Por mencionar algunas, además de tareas propiamente legislativas –de hacer, modificar, o derogar leyes-, nuestros Congresos tienen funciones administrativas, presupuestarias, de control, jurisdiccionales, electorales, entre otras.

Los legisladores sinaloenses saben poco de ellas, estoy seguro que las y los jóvenes egresados del taller-incubadora las conocen mejor que los propios diputados. Lo aseguro porque así se ve, desde las curules sinaloenses se ha renunciado a muchas facultades constitucionales, los diputados dejaron de hacer la tarea del Parlamento para instalarse en el indigno papel de consorte al Ejecutivo. 

Ayer fue la muestra más clara, son facultades del Legislativo las de control del gasto público y las de sanción de los malos gobiernos mediante la votación de las llamadas cuentas públicas, que no son otra cosa sino el estado de resultados que guarda un periodo determinado en el ejercicio de un gobierno. 

El Poder Legislativo se convierte por mandato constitucional en un “vigilante” de los recursos de todos. Cuando el cuerpo legislativo cumple su tarea completa, los indicadores de eficiencia y eficacia gubernamental mejoran sustancialmente, por el contrario, cuando el legislativo permanece distraído de sus funciones de control, la calidad de los gobiernos decae.

A mis alumnos -la mayoría jóvenes que quieren ser diputados en el futuro- siempre les hablo de la importancia del debate parlamentario o la discusión parlamentaria, de las reglas del mismo, de los cánones y tradiciones que enmarcan esta parte dogmática de las tareas legislativas. La tribuna es un lugar extático, a mi gusto, la parte más sustancial y representativa de la esencia del poder soberano representado en el Parlamento. 

En la tribuna se delibera y se debate, se argumenta y se convence. En términos del constituyente Félix Palavicini, la tribuna es el espacio de la “verdadera voz de la soberanía”. Nuestro país y nuestro estado tienen una nutrida lista de elocuentes oradores. Sin hacer juicio de sus postulados o posturas ideológicas, me vienen a la memoria nombres de grandes legisladores como Nemesio García Naranjo, José Vasconcelos, Adolfo López Mateos, Vicente Lombardo Toledano, Rodolfo González Guevara, Querido Moheno y Carlos A. Madrazo que, entre otros, hicieron del parlamento mexicano una verdadera ágora.

Ya en los contemporáneos qué decir de don Porfirio Muñoz Ledo, Carlos Castillo Peraza, José González Torres, Rodríguez Prats, Diego Fernández de Ceballos o Beatriz Paredes Rangel. 

Más allá de lo votado ayer, que es de por sí penoso, lo más lamentable es la decadencia en los liderazgos del PRI. La institución política no debatió, rompiendo la tradición legislativa. Ni uno solo de los legisladores pudo sostener los argumentos de sus decisiones, ni uno solo de los diputados del PRI pudo decirle a los sinaloenses el porqué del sentido de su voto en favor de las cuentas públicas de Malova.

En Sinaloa destacaría las intervenciones de Francisco Javier Luna Beltrán quien nunca rehuyó a la tribuna, ni en los momentos más difíciles de su legislatura, cuando los comuneros de la presa picachos tomaron literalmente el Congreso haciendo un plantón permanente en las instalaciones legislativas. No recuerdo el uso de la fuerza pública o la prohibición del acceso a los manifestantes. La novata legisladora Irma Tirado debería acudir a la experiencia del oriundo de Matatán para que le enseñe un par de cosas: la templanza ante la protesta y la defensa con elocuencia de lo votado, cosas que de las que evidentemente carece la coordinadora mazatleca. Luego le seguimos...

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