viernes, 8 de mayo de 2015

Sursum perversum

O P I N I Ó N 
J E S ú S   R O J A S   R I V E R A 


A nadie sorprende, la Universidad Autónoma de Sinaloa no es un espacio plural, todos sabemos que sus puertas están cerradas para aquello que no represente los intereses políticos de los que se pretenden sus dueños, de los poderes que mantienen el férreo control al interior de la casa Rosalina.

Los valores democráticos están ausentes en la UAS, la Universidad cerró las puertas porque como en toda dictadura, la influencia exterior es peligrosa para la continuidad del régimen. Estudiar el modelo político en el que se manejan las autoridades formales e informales de la Autónoma de Sinaloa nos obliga a desempolvar los textos sobre dictaduras militares de América Latina. Aquellas que ofrecían privilegios y canonjías a los amigos y aliados, y destierro y persecución para quienes pensaban diferente.

La UAS es la representación más retardataria de la cultura política sinaloense. La idolatría al líder, el escalafón en méritos políticos, la abyecta lealtad que no cuestiona destinos, la figura de un todo poderoso en turno que está por encima de la institución misma, la autoridad de un Rector vista como pieza alegórica supeditada a decisiones que se toman fuera de su oficina, en fin, la máxima casa de estudios de Sinaloa es el recuerdo vivo de que en México no todas las instituciones públicas caminan por los senderos de la democracia.

En ese contexto se entienden perfectamente las declaraciones del Rector Juan Eulogio Guerra Liera cuando afirma que: "La universidad no es foro". Claro lo tenemos, no lo es para Manuel Clouthier quien fue obligado a salir de las aulas universitarias prácticamente a empujones, pero sí lo es para otros candidatos "independientes" que tienen fincadas sus campañas en las estructuras del Partido Sinaloense, ariete político de la UAS o franquicia electoral de Héctor Melesio Cuén.

Pero lo de Clouthier no es el único caso, dos alumnos de la Universidad Autónoma de Sinaloa compiten también por el quinto distrito electoral, se trata de Carlos Arredondo alumno de la carrera de Sociología y Sthefany Rea, egresada de Estudios Internacionales y actual estudiante de derecho en el programa semiescolarizado, candidatos del PRD y Morena respectivamente, para quienes las puertas de su casa de estudios están cerradas.

La regla de la puerta cerrada no parece ser la misma con todos los candidatos. El día de ayer, en un acto descarado y en lo que se puede leer como un mensaje perfectamente claro, el Rector Guerra Liera recibió por la puerta grande a Ricardo Hernández quien se dijo comprometido con las causas universitarias.

El claustro excesivo y parcial en el que pretende convertirlo el Rector, poco ayuda a las aspiraciones políticas de su líder. Héctor Melesio Cuén debe construir aliados suficientes más allá del PRI para acrecentar las posibilidades de sus aspiraciones. El PAS filial político de la UAS, es un partido en franco crecimiento, una institución política que puede jactarse de ser el partido estatal con mayor número de afiliados y mayores espacios de representación local en México.

La UAS no puede ser quien le ponga la nota negativa en las aspiraciones de Héctor Melesio, no puede ser la piedra en el zapato para el ejercicio de la continuidad de la élite universitaria vuelta dictadura. Sin duda las decisiones y acciones en contra de los candidatos no fueron consultadas al estratega mayor, a todas luces se dibujan como actos fuera del tablero de quien ha probado ser un hombre de movimientos calculados. Estoy seguro que, como lo marcan los absolutismos, alguien en rectoría terminará pagando las decisiones fuera del protocolo. Luego le seguimos...

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