viernes, 13 de mayo de 2016

Quirino, en la antesala del triunfo

O P I N I Ó N
                                                                                                                Jesús Rojas Rivera

No me gusta el PRI, es un partido político lleno de personajes negros que demeritan la acción pública y el ejercicio de la política. Son herederos de una tradición contraria a los valores de la democracia, mucho han progresado desde su primera gran derrota presidencial en el año 2000, pero los principales males expresados en sus prácticas rancias los acompañan hasta nuestros días.

Los priistas de Sinaloa son los padres del periodismo militante, de las voces pagadas que hablan bien de las campañas aun cuando estas vayan encaminadas al fracaso. La mayoría de los males de la democracia mexicana son imputables al PRI, ellos deformaron el concepto y construyeron en tantos años de poder hegemónico un sistema político como el nuestro, único en América, único en el mundo.
Pero no podemos negarnos a lo evidente, nos guste o no: el candidato abanderado por el Partido Revolucionario Institucional a menos de 30 días de las elecciones en Sinaloa se encuentra en la antesala del triunfo. Entiendo y asumo con responsabilidad lo poco popular que será entre mis contados lectores este postulado, pero me permito presentar cuatro argumentos que lo sostienen.

A) El PRI está arriba en todas las encuestas electorales, y eso fue notorio en el pasado debate, todas las fuerzas políticas en competencia se enfocaron en pegarle al candidato que “puntea” la elección, las preferencias de los sinaloenses expresadas en varias encuestas señalan amplias ventajas del candidato Quirino Ordaz Coppel sobre el resto de los aspirantes. Muchos dirán con justa razón que las encuestas no definen elecciones, pero analicemos también el siguiente apartado.

B) La estructura del partido es la más sólida y articulada en Sinaloa, me refiero al entramado organizacional que tiene la institución política en el territorio sinaloense, un tejido que incluye desde liderazgos seccionales hasta jefes de manzanas, esto sumado a una red de organizaciones filiales que conglomeran de manera corporativa grupos de ciudadanos por actividades económicas, sociales, laborales e incluso deportivas. Esas estructuras están activadas y al servicio del candidato, no propiamente por las simpatías de Quirino, sino por los acuerdos y amarres que generan los liderazgos en torno el reparto de posiciones políticas venideras. ¿Con eso es suficiente?

C) El Gobernador sostiene que en el proceso electoral hay piso parejo, pero es evidente que tiene preferencias y amplias simpatías con el candidato del PRI, varios de sus operadores políticos están en franca y abierta campaña con el abanderado tricolor, y eso no es una suposición, es un hecho evidente. Nadie en su sano juicio podría negar el apoyo del gobernante a la figura de Quirino Ordaz Coppel, quien se ha dejado querer. Dicen los que saben, que la estructura malovista juega un papel predominante en la toma de decisiones al interior del “cuarto de guerra” de Ordaz Coppel. ¿Necesita algo más?

D) La tibieza del proceso y lo desorganizado de las campañas de oposición son dos elementos finales para sostener mis conclusiones. En Sinaloa no votará más del 50 por ciento de los electores, las urnas no recibirán el voto de ciudadanos indecisos, que según la estadística y la teoría, son las principales fuentes de votos contra el PRI, el llamado “voto útil” se activa de manera natural en proceso electorales donde las tendencias son cerradas, es decir, que los candidatos en disputa tengan márgenes menores a 5 por ciento entre sus preferencias.

La disputa en este proceso electoral está más bien por el segundo y el tercer lugar, permitiéndome el símil deportivo: a menos de 30 días de la elección, la lucha por la medalla de plata es más encarnizada que por la presea dorada. La discusión pública está orientada a ver quién será el segundo lugar, si el PAN que repunta de su crisis o el PAS que no pudo capitalizar la fuerza de arranque por los errores propios de su torpe estrategia.

Por lo anterior expuesto sostengo que, salvo algún caso excepcional poco probable, el candidato del PRI ganará las elecciones para Gobernador, pero no así la mayoría de las alcaldías y mucho menos la totalidad de los distritos electorales. Sobre el voto cruzado, las campañas en los municipios y distritos electorales hablaremos más adelante. Hoy puedo sostener que en la aspiración gubernamental Quirino es el peor enemigo de Quirino, porque su inexperiencia y tropiezos discursivos han sido más efectivos que el intento de guerra sucia que se olfatea en el ambiente. Luego le seguimos...

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