viernes, 17 de febrero de 2017

¿Reduccionismo? El buen juez por su casa empieza...

O P I N I Ó N
 
                                                                                                      Jesús Rojas Rivera
 
“Queremos disminuir el número de regidores y de diputados para reducir el gasto gubernamental”, anunció Quirino Ordaz Coppel en una de las más burdas intromisiones del Ejecutivo sobre el Legislativo de las cuales tenga memoria. Quirino habló como gerente de hotel, planteando la reducción en términos económicos, dejando muy pocos argumentos sobre un tema de fondo: la representación política. ¿Reduciendo su número terminamos con el problema? Hay que ser serios. 
 
Los políticos suelen dar soluciones fáciles a problemas complejos, suponer que eliminar el 25 por ciento de la representación política en la cámara es la panacea para un problema financiero, es cuando menos una burda tomada de pelo. El problema del Legislativo y los cabildos no está en el número de sus integrantes, sino en la calidad de su trabajo, en su formación en valores democráticos, en su capacidad argumentativa, la productividad y eficiencia legislativa, en la seriedad con la que los representantes populares toman su cargo.
 
¿Con cuáles 30 nos quedamos? ¿Con los de mayoría que se enmudecen y hacen comparsa con las iniciativas del Ejecutivo, o con los novatos que no suman en 3 años ni 3 iniciativas? ¿Eliminamos de una vez los plurinominales?
 
Imagine usted un Congreso sin oposición bajo la directriz de un partido único supeditado al mando del Ejecutivo. Ese ha sido el sueño dorado del PRI desde hace décadas, congresos de oposición limitada o proscrita, donde no existan voces que se puedan oponer a la mayoría. Las columnas institucionales han emprendido de un tiempo para acá una “cacería” contra los plurinominales, su argumento central: ellos no son electos por “el pueblo”. 
 
Las voces que hablan sin saber olvidan que son los legisladores plurinominales los que, la mayoría de las veces, tienen mejores desempeños legislativos, los que hacen posible el funcionamiento de los congresos y los que marcan la pauta para transitar en un quehacer fundamental para la vida institucional. 
 
Si aceptamos el argumento de que “sobran legisladores” los que terminarían sobrando serían los incompetentes, los levantadedos, faltistas e irresponsables. Si queremos un eficiente Poder Legislativo la ecuación no debe comenzar por la reducción de costos, sino por incrementar las capacidades institucionales de cada legislador.
 
Quirino necessitaba dar un golpe de timón para mejorar su imagen, decidiendo así sumarse a la propuesta del PRI nacional en algo que según ellos generará apoyo social ante la crisis de credibilidad por la que están pasando. 
 
En el caso sinaloense creo que la iniciativa faltó completamente el respeto al Poder Legislativo, al decidir presentarla él y no mediante su partido el mensaje político fue aventurado e irresponsable. ¿Debe el Gobernador eliminar por ocurrencia diputados y regidores? ¿Es su facultad? ¿Rompe los equilibrios del poder?
 
A mí no me gusta ver excesos en los poderes, pues son muestra de rudeza innecesaria. No me gusta ver que el titular del Ejecutivo quiere reducir en la Cámara y los Ayuntamientos lo que bien podría comenzar en casa. La nómina del gobierno estatal es obesa e ineficiente, solo por servicios personales del Ejecutivo pagamos 6,658 millones de pesos al año. Con una reducción al 25 por ciento se generarían ahorros del más de 1,664 millones de pesos al año. El buen juez por su casa empieza. 
 
Pero el planteamiento del Gobernador tiene un doble mensaje, por un lado quiere quedar bien con la dirigencia nacional de su partido y por otro mostrar que puede, si quiere, doblegar al Legislativo y las oposiciones, ahora les exige hasta un periodo extraordinario. No es la primera vez que un Gobernador emprende así una cruzada contra la oposición y la representación de las minorías. El asunto estará en cómo la oposición le contesta el mensaje.
 
El politólogo de la Universidad de Yale Juan José Linz afirmó alguna vez que “cancelar el camino para las oposiciones limitándolas, marginándolas o aislándolas en el régimen democrático es un riesgo para las instituciones porque se abren peligrosamente ideas distintas a las legítimas formas de acceso al poder”. Luego le seguimos...

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