viernes, 9 de junio de 2017

Réquiem para el comunismo

O P I N I Ó N

                                                                                                                               Jesús Rojas Rivera


Hace unos meses compré en una increíble oferta el libro “Daños colaterales” de Zygmunt Bauman, ese sociólogo polaco dueño de una inteligencia prodigiosa que falleció en Inglaterra a principios de este año. Y es precisamente el título del segundo capítulo de la obra referida la que traigo a referencia para la presente columna.

Réquiem para el comunismo es también la respuesta a un amable lector que me preguntó sobre la “viabilidad” del proyecto de Andrés Manuel López Obrador. Él como otros ciudadanos suponen que en México “no nos puede ir peor”, que dadas las condiciones del País el viraje a cualquier opción es mejor que lo que hoy vivimos. Estoy convencido que eso no es así.

Por supuesto que podemos caer más bajo y estar peor. México vive una crisis de corrupción institucional, seguridad nacional y desigualdad social. La desigualdad es el punto central en la obra de Bauman, en la que no me detendré en esta ocasión.
Quiero más bien referir que para el autor el comunismo representó “la fase sólida” de la modernidad, que representó un modelo más o menos viable para ciertas sociedades en algún tiempo de la historia, en donde los sistemas y modos de producción eran domésticos, locales y limitados. Esos sistemas de producción entraron en contradicción con la “emancipación” de los mercados y la empresa. Al cambiar el paradigma económico, el comunismo “reprobó el examen del tiempo”, volviéndose obsoleto e incapaz de resolver las necesidades mínimas de las sociedades donde se instauró, dejando en cambio formas de adoctrinamiento social que castraban el espíritu de pensamiento libre de los hombres.

“En pocas palabras el comunismo -la versión leninista del socialismo- era una ideología y una práctica de atajos, cualquiera fuera el costo de tomarlos”, y que “en resumen el experimento comunista -quizá definitiva y conclusiva- sometió a prueba extrema la viabilidad de la ambición moderna para ejercer un control absoluto de la vida de los seres humanos”.

La historia nos demuestra que el utópico ideal del comunismo no terminó bien en la mayoría de las naciones que se sometieron al régimen, y que como todos sabemos, en su mayoría tuvieron dictadores como gobernantes. El sueño de la igualdad se desgranaba en las canonjías y los privilegios de las familias y círculos cercanos de los dictadores, la corrupción y la persecución a los opositores fueron la constante. 
Latinoamérica y África tienen ejemplos cruentos de dictaduras comunistas durante y a finales del Siglo 20. Ejemplo común: Llegaron con discursos reivindicando los derechos de los pobres y terminaron generando más pobreza, llegaron con discursos contra la corrupción y el abuso, y terminaron siendo igual o peor de corruptos y abusivos.

 Zygmunt dijo en su obra que: “La alternativa comunista se concibió como la opción ideal por ser la más corta y rápida” y ese justo es el discurso de la izquierda radical mexicana en la actualidad, reivindican los derechos de los pobres pero hacen de ellos su base electoral, proponen soluciones simplistas y rápidas a problemas complejos.

 Algunos de mis contados lectores me preguntaron sobre el camino a seguir entonces, si no es el proyecto de Andrés Manuel ¿cuál camino debemos seguir? Y tienen razón, ante las desgastadas opciones que tenemos en la esfera de los partidos políticos y el descrédito generalizado a la clase gobernante, se antoja difícil poder establecer una base de apoyo a tal o cual partido.

Pero no debemos olvidar que en las mismas circunstancias se encuentra también el partido político que se autodenomina “la esperanza de México”. No son diferentes, ni distintos al resto de los partidos. Por el contrario, ahí también hay corrupción en cantidades, también se refugian personajes impresentables y reciben recursos públicos sin transparentarlos. No alcanzo a concluir la exposición de las ideas en esta entrega, pero la siguiente semana seguiremos explorando mis argumentos sobre el réquiem al comunismo y los fingimientos de Morena. Luego le seguimos…

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