viernes, 23 de septiembre de 2016

Uber, la última batalla de Malova

O P I N I Ó N

                                                                                                                              Jesús Rojas Rivera

Estos no han sido días fáciles para el titular del Ejecutivo en el estado, todo parece estar fuera de control, no bien terminan de salir de un tema complicado cuando caen en otro. El pasado fin de semana la PGR presentó una controversia constitucional contra el decreto de los magistrados inamovibles, el martes el Senador Cárdenas consiguió por unanimidad un exhorto para detener la construcción de la planta de amoniaco en la bahía de Ohuira, casi al mismo tiempo, la empresa Uber anunció sus operaciones en Sinaloa, en esto último el Gobernador dejó su postura en firme.
Mario López Valdez dejó claro, sin permisos los “ubers” no circularán, los abogados de la trasnacional insisten en que iniciarán con permiso o sin permiso, porque la modalidad de operaciones no está prohibida por las leyes. Esa misma discusión se dio en el Distrito Federal, Jalisco, Puebla, Nuevo León, Guanajuato, Baja California y Estado de México. Hace mucho que no se desafiaba al Gobernador.
Todo tiene una historia. En Yucatán y Quintana Roo, la empresa dirigida por el emprendedor Travis Kalanick está en fase de implementación, arrancaron operaciones hace menos de un mes. Esos dos estados serán los referentes más próximos que tenga la autoridad sinaloense para verse en el espejo de la experiencia ajena. Para ponernos en perspectiva valdría la pena voltear a Quintana Roo donde los taxistas afiliados a sindicatos y mutualistas forman un poderoso gremio que prácticamente pone y quita a los titulares del transporte público en la entidad. El panorama para sus pretensiones de exclusividad es negro, la plataforma donde llega se queda.
Se quedó en Guadalajara después de múltiples escaramuzas, vehículos dañados, conductores lesionados y varias detenciones. En Mérida por ejemplo, hace un par de días los choferes del servicio concesionado atacaron salvajemente a un conductor de Uber y le prendieron fuego al auto que conducía. Lo peor que puede hacer una autoridad es tomar partido, más cuando sus titulares tienen intereses personales al poseer permisos o concesiones de taxis, tal como sucedió en Jalisco. 
Los “mounstros” de la startup además de la experimentada estrategia legal, tienen una muy pulida y efectiva táctica de comunicación, son expertos en generar opinión pública positiva. Cuando algún funcionario lo toma personal, Uber aplica el protocolo y ataca. Así han salido a la luz los negocios más ocultos de los servidores públicos en materia de movilidad y transporte en otros estados. Los que se van a la guerra mediática con la trasnacional nunca salen bien librados.
No crea usted amable lector que el fondo de la lucha es la competitividad para brindarle un mejor servicio, no, el trasporte público es un negocio en expansión que deja a la plataforma ganancias por varios millones de dólares al año y a los estados muy pocos beneficios tributarios. El pleito real, es por ver quién o quienes se quedan con las ganancias: los líderes gremiales y acaparadores de las concesiones, o los socios de la empresa con sede en San Francisco. Los choferes u operadores de ambos bandos son, como siempre, los menos beneficiados.
En Sinaloa la compañía desarrolladora del software tiene estudiada una circunstancia que tarde o temprano terminará por favorecerle, la autoridad en el ramo de vialidad y transporte no tiene asentada su legitimidad. El titular de la dependencia Domingo Ramírez Armenta ha sido señalado por la Comisión Federal de Competencia como un funcionario con elementales conflictos de interés. La COFECE, señaló que las Leyes en materia de movilidad, tránsito y trasporte son contrarias a los principios constitucionales de competencia y libre concurrencia en los mercados, pues habilita un sistema de concesiones y permisos que restringe la oferta de proveedores y limita la libertad de elección del usuario. Uno de los alegatos centrales en la discusión.
Malova aseguró que mientras tanto no habrá Uber, Uber asegura que para entonces no habrá Malova, y así comenzó la batalla final. Poco a poco se empiezan a dibujar los temas de la próxima agenda legislativa, se asoman tímidamente los primeros problemas públicos que tendrá que abordar el próximo Gobernador. En este caso las apuestas corren parejas, los que conocen las retorcidas y peligrosas entrañas del transporte público en Sinaloa me aseguran que Uber no entrará, leyendo a fondo sobre la voracidad de la empresa trasnacional debo decirles: Uber se queda. Luego le seguimos...

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